jueves, 23 de febrero de 2012

Capítulo 7.


Se hizo de noche. Alice y África volvían de estar toda la tarde de "fiesta". Alice la invitó a pasar la noche en su casa para recordar viejos momentos, viejas historias insólitas e irrepetibles, viejas noches en vela con montones de kilos de helados sobresaliendo por las esquinas y miles de pañuelos rodeando sus películas preferidas.
Llegaron a la casa de Alice. Salieron de sus respectivos coches y cuando se acercaron al umbral de la puerta y encontraron un paquete grande. Estaba envuelto de papel de regalo rojo brillante con un lazo dorado, como le gustaba a Alice.
 - ¿Y eso? ¿Será un regalo de...?
 - No lo sé pero cojamos lo para averiguarlo -dijo África antes de que acabara Alice de preguntar.
 - Vale... -lo cogió y vio una nota pegada en un lado de la caja.

Entraron a la casa y se dirigieron a la cocina para poder abrir la caja. Se sentaron en los taburetes alrededor de la barra americana.
 - ¿Qué pone en la nota Alice?
 - A ver -decía con manos un poco temblorosas mientras abría la nota.

  Las mujeres más bellas se visten con los vestidos más perfectos, hermosos, resplandecientes y más caros vestidos. 
 El único problema que existe en este momento es que tu no eres de las mujeres más bellas... Sino que eres la mujer más perfecta que he conocido y que conoceré.


Alice estaba atónita a estas palabras. Tenía la lagrima casi cayéndose por sus ojos marrones. Miró a África y abrió la caja. Se quedó sin palabras al ver lo que había en la caja. 
Era...
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Capítulo 6.

Llegó las 6 y Alice se encontraba en el café en el cual siempre quedaban África y ella.
Estaba sentada en una mesa de la terraza del café esperando, como siempre, a que llegase de una vez África. Pasaron las 6.10 y por fin África apareció al fondo de la calle, tan radiante como siempre con su hermosa sonrisa que iluminaba su alrededor.
 - ¡Por fin te dignas a aparecer querida! -le espetó Alice al verla a la vez que se levantaba para saludarla.
 - Es que había mucho trafico y ya sabes que mi querido Mini necesita su espacio -decía bromeando mientras le daba un abrazo efusivo.
 - Jaja. La chica pija de la ciudad -sonrió y le guiñó un ojo.
 - Bueno la que no lo es con su querida casa pequeña -soltó una carcajada.
 - Mejor no nos piquemos que sino nunca terminaríamos. -sonrieron ambas.
Se sentaron en aquella terraza, se pidieron unas copas y comenzaron a hablar de sus cosas.
 - Bueno Alice ¿ya sabes quien a podido ser la persona que te ha estado enviando esas cosas tan, tan lindas?
 - No, aún no me creo que esto me esté pasando a mí. No se quien se a podido fijar en mi de tal forma. Es que es tan... tan especial que aún no me lo creo.
 - Pues créetelo, porque eres una persona maravillosa que se merecía esto de una vez ya.
 - ¿Y quién puede ser esa persona? Porque desde hace unos días no he vuelto ha recibir nada de él. A lo mejor era solo un broma. ¿Qué crees?
 - Pues que... no lo sé. -esbozó una media sonrisa- Pero te prometo que pronto averiguaremos quién es, de acuerdo!
 - Bueno vale. Te haré caso esta vez.
Sonrieron ambas y se rieron.
Siguieron hablando durante toda la tarde. Se pidieron mas copas para celebrar su encuentro y para celebrar por que África había encontrado a su mitad perfecta y esta vez no era el típico niño pijo hijo de papá que solo buscaba estar con alguien por estar, sino que esta vez el chico era exactamente como África había deseado.
Parecía que los sueños de dieciseisañeras se estaban cumpliendo.


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¿Se haría realidad el de Alice? A lo mejor.

Lo que era seguro es que mientras las dos amigas estaban en aquel café tan especial para ellas un regalo estaba de camino a casa de Alice.

martes, 14 de febrero de 2012

Historia anónima.

Hubo una vez dos buenos amigos.
Eran inseparables, eran una sola alma.
Por alguna razón sus caminos tomaron rumbos distintos
y se separaron…
Yo nunca volví a saber de amigo hasta el día de ayer,
después de 10 años en que, caminando por la calle,
me encontré a su madre.
La saludé y le pregunté por mi amigo.
En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas
y me miró a los ojos diciendo

“¡Murió ayer!”.

No supe que decir, ella me seguí mirando y pregunté
como había muerto.
Me invitó a su casa, al llegar ahí, me ofreció sentarme
en la vieja sala donde pasé gran parte de mi vida
siempre jugábamos ahí mi amigo y yo.
Me senté y comenzó a contarme la triste historia:
“Hace dos años le diagnosticaron una rara enfermedad,
y su cura consistía en recibir cada mes una transfusión de sangre durante tres meses,
pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?
Si, igual que la tuya.
Estuvimos buscando donadores y al fin
encontramos a un señor vagabundo.
Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo,
no quiso recibir la sangre del vagabundo,
decía que de la única persona
de quien recibiría sangre sería de ti,
pero no quiso que te buscáramos, él decía todas las noches:
“no lo busquen, estoy seguro de que mañana si vendrá “.

“Así pasaron los meses,
y todas las noches se sentaba en ese mismo sillón
donde estas ahora y rezaba por que te acordaras de él
y vinieras a la mañana siguiente.
Así acabo su vida.
En la última noche de su vida, aunque estaba muy mal,
sonriendo me dijo:
” madre mía yo se que pronto vendrá mi amigo,
pregúntale por que tardo tanto y dale esa nota
que esta en mi cajón”.

La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía:
“Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco,
pero no importa, lo importante es que viniste.
Ahora te estoy esperando en otro sitio,
espero que tardes en llegar pero mientras tanto,
quiero decirte que todas las noches rezaré por ti
y desde el cielo te estaré cuidando mi querido y mejor amigo”.
“¡Ah! ¿Te acuerdas por que nos distanciamos?

Sí, sí….fue por que no te quise prestar mi pelota nueva,
¡ja, ja!, que tiempos….éramos insoportables bueno,
pues quiero decirte que la he conservado para regalártela,
espero que la cuides como yo.

“¡Te quiere mucho tu amigo por siempre!”
¿Te suena conocida esta historia?
No sabes cuánto me arrepiento de no haber ido con mi amigo
y decirle tan sólo una vez más

¡TE QUIERO Y ERES MI MEJOR AMIGO!....
Pero mi orgullo era más grande, no le podía perdonar
que no me hubiera prestado su pelota nueva.
¿Cuántas veces no hemos perdido a un amigo,
por insignificancias como éstas? Hoy te cuento
mi historia para que no te pase lo mismo que a mí.
Si tienes un amigo dile lo mucho que lo quieres y,
si por alguna razón lo ha perdido, piensa que nos es así,
simplemente se han separado un poco,
pero estás a tiempo de recuperarlo.
No dejes que tu orgullo pueda más que tu corazón te lo dice una
persona que perdió a su amigo por culpa de su orgullo.

Comparte este mensaje con todas aquellas personas que has perdido y que en este momento te hacen falta.

Si quieres un enemigo escoge a un amigo, él sabrá donde herir

La amistad es como el mar, se conoce el principio pero no el final

Los verdaderos amigos pueden crecer separados sin quedar divididos por la distancia

Que difícil es ganar un amigo en un año, y que fácil es perderlo en un momento”



Sea quien sea la persona que lo escribió tenía mucha razón.
Hazle caso. La experiencia nunca engaña.

That's the life.

Dark clouds are coming, I can already feel their anger.
I try to keep smiling, I try to ingnore them, but now that they're almost here.
One day I will wake up and I'll see th rain breaking through the window.
I'll feel the wind under my skin and I'll realize that this is the day we've been waiting for all these years.
It's just a matter of time.
I wish you were here. I wish you'd be with me that day, but I know you aren't.
You're only in my mind, you're only in my heart.
I'm afraid that I'm not able to face this on my own, but I have to.
You're gone.






C'est la vie, n'est-ce pas?
C'est la vie.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Capítulo 5.

Era sábado. Alice no trabajaba.
Eran sobre las 3 de la tarde; Alice había terminado de comer y se acordó del sueño y fue inmediatamente a llamar a su mejor amiga, África, para contarle todo esto que le estaba sucediendo ya que nadie sabía lo del supuesto "chico de los pantalones casi perfectos".
Marcó el teléfono de África. Estaba ansiosa, nerviosa, tenía que contárselo en ese mismísimo momento porque sino iba a explotar. África al final contestó al teléfono...
 - Residencia de los Smith's...
 - Tan educada como siempre ¿no es África?
 - ¡Alice! Tan enrea como siempre jajaja
 - Bueno tanto no...
 - ¿Qué me querías contar queridísima mía?
 - ¿Te acuerdas de cuando teníamos 16 años y nos pasamos en verano un día entero en mi casa y nos quedamos a dormir y tal?
 - !Cómo podría olvidar ese día! Fue ... Fue ... Fue la leche, para que negarlo!
 - ¿Y te acuerdas también de lo que escribimos sobre nuestro chico perfecto? ¿Lo de nuestros diarios?
 - Por supuesto. Me acuerdo que el mío era alto, fuerte, musculoso, con unos abdominales en los que pudiera rallar queso jajaja - África reía a carcajadas mientras lo recordaba.
 - Pues creo que el mío se está volviendo realidad...
 - ¿Que se está volviendo realidad? ¿Hola?
 - Sí. Mira te explico...
 - Sí mejor explícame que tu sabes que para estas cosas o me lo dices poquito a poco o no me entero de nada...


Alice empezó a contarle a África todo lo que le había ocurrido durante esos días. Le contó lo del ramo de flores en la oficina, lo de la nota de "Buenos días princesa...".
África estaba que no se lo podía creer...
 - ¿Y sabes quién puede ser el chico que te está haciendo todo eso?
 - Si te soy sincera. No tengo ni puñetera idea. Estoy pensando que todo esto es una broma de mal gusto de alguien pero no lo sé... ¡Estoy en un mar de dudas!
 - Bueno chica ¿sabes lo que vamos a hacer?
 - ¿El qué?
 - Te vas a vestir, a ponerte guapa como haces siempre y nos vamos a ir tú y yo a tomarnos un par de copas y así poder averiguar quién es el píccolo ragazzo que te quiere conquistar ¿Ok?
 - Odio que me conozcas tan bien. Jum.
Las dos empezaron a reírse al unísono como si fueran gemelas.
 - Vale África quedamos donde siempre a las 6?
 - ¿A las 6? ¿Tan pronto?
 -  Ah es verdad que se me olvidaba que tardas mucho en arreglarte ... !Cuándo aprenderás! jaja
 - ¿A si? Pues a las 6 en el café de siempre.

- Te quiero!

lunes, 6 de febrero de 2012

Capítulo 4.

Eran las 7 de la mañana del día siguiente, los rayos del alba asomaban por la ventana y Alice estaba a punto de recordar un sueño extraño a la par de inolvidable.


Alice abrió tímidamente los ojos, se desperezó de igual forma que si tuviera 5 años y giró su cabeza hacia donde encontró su diario abierto en medio de sábanas y páginas arrancadas.
Al verlo recordó algo que había soñado pero que en realidad era un recuerdo de cuando tenia unos 16 años.
Soñó que...
"Era una tarde de verano, el instituto había llegado a su fin y ahora tendría unos meses para poder descansar, desconectar del mundo y vivir nuevas experiencias (que no serían pocas).
Quedó con su amiga África para pasar la tarde juntas ellas dos solas haciendo cosas de chicas. Se maquillaron la una a la otra, se vistieron con ropa más "atrevida", se hicieron sesiones de fotos y vieron películas románticas y entre ellas su favorita, Sexo en Nueva York.
Pasaron un día impresionante, inolvidable, de estos para recordar cuando ya eres mayor.
Para ponerle la guinda al pastel se quedaron a dormir. Estuvieron toda la noche hablando de los chicos que les gustaban y de cómo sería su "chico de los pantalones perfectos".
Alice se describió como si lo tuviera delante de sus propios ojos en ese justo momento.
Era un chico educado a la vez que con una chispa de rebeldía que le hiciera ponerse los pelos de punto; que fuera romántico, que le diese rosas sin tener que venir al cuento, que le dejase notas por las mañanas para que cuando ella se despertarse y él no estuviese pudiera despertarse con una sonrisa; que fuese su amante, su compañero, alguien en el que ella pudiera apoyarse cuando necesitase. Que fuera salvaje, que hiciera inolvidable esas noches de pasión, que supiera donde tocarla para hacerla sentir como si estuviera en el cielo..."


Alice mientras los recordaba estaba medio llorando porque su sueño, el sueño del "chico de los pantalones casi perfectos" se estaba haciendo realidad y a la vez veía ese sueño mas lejos que nunca porque parecía como el fantasma de la ópera, presente pero invisible para ella y los demás.

jueves, 2 de febrero de 2012

Capítulo 3.

Legó la noche. Alice acababa de salir del loft y se dirigía hacia su coche para poder llegar a su casa y poder descansar de todo el día.
Aún seguía dándole vueltas a la cabeza sobre el asunto de las notas anónimas. Aún se seguía preguntando quién le podría estar gastando tal broma, ya que ella pensaba que nadie se podría enamorar tanto como para hacerle eso, como para tomarse tantas molestias por hacer todo aquello.


Llegó a su casa. Bajó de su BMW, entró por la puerta principal y se dirigió a su cuarto para poder así evadirse del mundo que le rodeaba y poder relajarse y poder pensar tranquilamente en sus cosas.
Fue al cuarto de baño. Encendió unas velas cuyo olor era casi igual como estar en un jardín de las típicas películas antiguas. Abrió el grifo de la bañera para prepararse un cálido baño con espuma.
Mientras se calentaba el agua se fue desnudando poco a poco hasta que darse solo con su albornoz de satén. Cerró el grifo y se entró poco a poco entrando en la bañera. Desatando primero su albornoz dejándolo caer por su propio peso sobre el suelo; metiendo primero una pierna y después la otra con un arte sensual. Se sumergió en el agua acariciando su melena rubia. Estaba en otro mundo, relajada y feliz.


Tras casi una hora y media en el baño decidió salir para ir a comer algo ya que era cerca de las 11.
Bajó a la cocina con el albornoz puesto encima de su pijama corto blanco.
Entró, abrió el frigorífico y vio una tarrina de helado de chocolate que cogió para llevársela a su cuarto para comérsela.
Subió a su cuarto, dejó la tarrina en la mesa y de repente se acordó de el diario que ella había escrito cuando tenía unos 16 años y que tenía guardado en esa mesa. Lo cogió y se dirigió con él y la tarrina al balcón a la tumbona que tenía allí para verano.
Empezó a leer su diario de nuevo, después de tantos años, casi 7 años habían pasado. Se reía de lo que escribía porque lo veía ahora como fantasías. Pero cuando llegó a la parte mas sentimental de su diario no se lo podía creer... Esa era la razón de por qué le había afectado tanto lo que había estado pasando.
No se lo quería creer. Era todo exactamente igual...


miércoles, 1 de febrero de 2012

Capítulo 2.

Alice estaba caminando por la calle mientras se dirigía hacia el apartamento donde trabajaba. Se paró delante de un escaparate donde se quedó mirando un vestido que tanto le gustaba pero que nunca se había decidido a comprar...
Llegó a su apartamento, tiró las llaves en las mesita como siempre hacía y se miró en el espejo colocándose su cabello rubio de una forma tan sutil como a su vez erótica...
Cuando saludó a su secretaria esta le dijo:
- Alice, alguien esta mañana te ha dejado un ramo de flores con una no...
- ¿Qué ponía en la nota? -la espetó si dejarla acabar.
- No lo sé. No la he querido abrir hasta que tú no llegases -le decía mientras que le daba la nota.
La nota decía lo siguiente:

            Prefiero haber olido una vez tu cabello, un beso de tus labios, una caricia de tu mano, que toda una eternidad sin ti.

Esta segunda nota estaba poniendo nerviosa a Alice, ya que no sabía quién podría ser la persona que se las estaba enviando. Si era una broma o si alguien realmente la quería tanto como para hacer eso.
Pero...si realmente esa persona la quería ¿por qué no decir quién es? ¿por qué hacerla espera tanto? ¿por qué tanta intriga?


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