miércoles, 8 de enero de 2014

Mi madre me enseñó que los reyes son durante todo el año.

Es bien cierto que no nos damos cuenta de todo lo que tenemos y de todo lo que gastamos y aun así queremos más y más. La avaricia y el impulso superficial nos invade durante estas 2 semanas de Navidad. Escaparates engalardonados con sus mejores galas y carteles rojos con letras en infinita mayúscula mostrándonos ofertas y oportunidades, pero… ¿en verdad necesitamos todo lo que tenemos?, ¿es imprescindible gastarnos cientos de euros en un periodo tan corto del año?, ¿nos hace sentir tan bien y especiales?
Probablemente casi todos responderíamos que sí a esas preguntas. En esas fechas es cuando reunimos a toda la familia, y ya que estamos, pues, ya sabéis… Tíos, abuelos, primos, cuñados, blablablá… estamos al acecho de sacarles algo, lo mínimo que sea. Esa satisfacción de ese momento cuando ves la mañana de reyes los regalos que tanto deseabas, o que en realidad querías desde no hace mucho.

Pues bien, mi madre me enseñó que los reyes son durante todo el año. Ahora mismo de mes en mes siempre cae algo que queríamos desde hace tiempo o que necesitábamos. Estamos siempre comprando cosas, necesarias o caprichosas. Y no nos damos cuenta de cuánto gastamos a lo largo de un simple año. A veces es mejor ser humilde y no pedir y pedir por estas fechas. Ya bastantes son los regalos que recibimos a lo largo de 365 días, y el esfuerzo que han costado ellos.
Ahora mismo no es que se pueda decir que salga dinero de los árboles. Y los sacrificios del día a día, poco a poco se ven recompensados.


La navidad es una simple fiesta, pero nuestros regalos no solo duran 2 semanas.

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