domingo, 29 de diciembre de 2013

Our first strange Christmas

Es raro que estas Navidades esté haciendo cosas que años atrás jamás de los jamases lo hubiera ni pensado ni un mínimo instante.
Las vacaciones están para descansar, salir todos los días, vaguear por el mundo como si nuestro único propósito en la vida fuera dormir, comer y salir.
Cada año vamos madurando y con ello vamos obteniendo las consecuencias de ello.
¿Quién iba a pensar que tras 17 navidades de juegos y más juegos íbamos a pasar nuestra décimo octava Navidad estudiando cuales mulas de carga? ¿Que de las míseras actividades de matemáticas que año tras año nos pongan íbamos a pasar a estar estudiando y repasando cientos y cientos de folios y diapositivas?

En verdad, no podemos quejarnos de ello, ya que, ¿si no aumentáramos nuestras responsabilidades y nuestros actos para qué merecería madurar?

Únicamente lo que podemos hacer es armarnos de ánimos y de ganas y al lío. Demostrar lo que sabemos y lo que podemos llegar a hacer por muy pequeño que sea.
El futuro es nuestro, y los sacrificios al fin y al cabo siempre merecen la pena.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares